Cómo mantener tus lentillas duras como el primer día
Las lentillas duras, también conocidas como rígidas, son utilizadas por cada vez más personas. Cuando llegaron al mercado las lentillas blandas muchos se cambiaron a ellas porque parecían más cómodas y, sobre todo, porque su periodo de adaptación era más sencillo. Pero con el paso del tiempo, muchos han puesto en la balanza los pros y los contras y han optado por este sistema.
Entre las ventajas de las lentillas duras está que son mucho más duraderas, por lo que aunque en principio parezcan más caras a medio plazo no lo son. Además, al ser rígidas no se dan la vuelta, por lo que no existe el riesgo de ponerlas al revés. Resultan más apropiadas para las personas con altos niveles de astigmatismo y ofrecen una visión de mayor calidad. Además, no producen tanta sequedad del ojo.
Pero también tienen sus contras, como por ejemplo que es más fácil que se introduzcan partículas entre la lentilla y el ojo, lo que obliga a quitarlas para limpiarlas. Para esto, se recomienda llevar siempre encima humectantes monodosis con los cuales no solo se limpiarán rápidamente, sino que se aliviará la irritación del ojo. También pueden resultar un poco más incómodas cuando hay mucho viento.
La limpieza, fundamental
Hemos dicho que las lentillas rígidas son mucho más duraderas que las blandas. Pero para que esto se cumpla es muy importante que se limpien de la manera adecuada. Una buena limpieza hará que este tipo de lentillas se vean como el primer día durante mucho más tiempo.
Un limpiador específico para lentes duras es el primer paso para que toda la suciedad, lágrimas y demás partículas se desprendan de las lentillas. El limpiador debe de ser eficaz, pero no agresivo con la lentilla, respetándola.
El humectante también es básico para mantenerlas bien hidratadas y con el grado óptimo de desinfección. Pero para que todo vaya como es debido también es importante seguir una serie de consejos, además de utilizar los productos adecuados:
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Antes de manipular las lentillas lávate las manos.
Es un consejo básico que vale la pena repetir, ya que muchas veces se omite este paso por pensar que las manos están limpias. Pero las manos están en contacto directo con todo tipo de objetos y por eso son muy susceptibles de contaminación. Un buen lavado no cuesta nada y ahorra disgustos.
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Para lavarlas, puedes usar una pinza.
Uno de los problemas de las lentillas son las uñas, sobre todo en las mujeres que les gusta tenerlas largas. Es muy fácil dañar la lentilla con las uñas, por eso muchas personas usan unas pinzas especiales para manipularlas. Si se hace cuidadosamente, son muy efectivas y evitan que se estropeen.
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Colócate las lentillas antes de maquillarte.
Además de que te resultará más fácil hacerlo porque verás mucho mejor, evitarás manchar las lentillas con polvos o con maquillaje al colocártelas una vez que te hayas pintado.
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No uses saliva para limpiar tus lentillas.
Tal vez te sorprenda este consejo, pero muchas personas olvidan llevar un humectante monodosis en el bolso y cuando se encuentran con que se les cuela una mota de polvo, optan por la saliva para limpiar las lentillas. Sin embargo, la saliva tiene una gran cantidad de bacterias que van a contaminar las lentes y que pueden causar irritaciones en los ojos.
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No duermas con las lentillas puestas.
Esto no solamente acortará la vida de tus lentillas, es que puede ser muy perjudicial para tus ojos. Si te gusta ver la televisión en cama hazlo con gafas para evitar quedarte dormido viendo algún programa con las lentillas puestas. Se aconseja no forzar demasiado el tiempo que se está con las lentillas, sobre todo durante el periodo de adaptación, ya que se pueden irritar los ojos.
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Cada día, comprueba el estado de tus lentillas antes de ponértelas.
Si están arañadas o rotas descártalas y si están sucias, incluso si las has limpiado antes de guardarlas, vuelve a hacerlo. Así, evitarás lesiones en los ojos, infecciones y tendrás la mejor visión. Si llevas días sin usar las lentillas, límpialas siempre incluso si se ven impolutas, ya que no sabes si han podido aparecer bacterias en el líquido por cualquier tipo de contaminación.
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No uses nada caducado.
Si quieres que tus lentillas duren y también dure la salud de tus ojos, no utilices líquidos ni limpiadores caducados, ya que sus propiedades no estarán garantizadas y la lente puede no quedar correctamente desinfectada o no recibir la hidratación que necesita. Por supuesto, si la propia lentilla está caducada, no es aconsejable utilizarla ya que tal vez no sea dañina, pero no se garantizará la visión correcta por lo que no se estará disfrutando de un producto en las mejores condiciones.